“Yo soy yo y mis circunstancias”

 

Como decía el pensador José Ortega y Gasset, el medio no se puede separar de nuestra persona. Cada persona piensa, siente, quiere, analiza y crea, según el tiempo en el que vive, la cultura y sociedad en la que se ubica, la familia con la que crece y las personas que le rodean a lo largo de su vida. No existen normas concretas a la hora de saber cuando debemos acudir a una consulta psicológica, ya que todo depende de cada uno de nosotros.

Ir al psicólogo para encontrarnos mejor

Aunque no existe una norma exacta sobre cuándo se debe solicitar atención psicológica, podemos decir de forma más genérica que pedimos apoyo psicológico cuando no nos encontramos bien o a gusto con nosotros mismos, tanto en el plano emocional como en el físico así cómo cuando nos desbordan nuestras circunstancias.

A lo largo de la vida aparecen momentos de malestar, días o épocas que pueden depender de situaciones o  acontecimientos concretos, esto no quiere decir que no podamos superarlos y seguir adelante. Sin embargo, cuando este malestar perdura en el tiempo y llega a interferir en nuestro día a día, en todas nuestras actividades habituales, en nuestras relacionales personales, en nuestros trabajos, en el ocio… es cuando podemos plantearnos la idea de acudir a un psicólogo.

Uno de los puntos más complicados a la hora de tomar la decisión de acudir al psicólogo tiene que ver con que a veces el malestar se manifiesta en cosas muy cotidianas y que aparentemente no nos parecen relevantes.

 

Existen diferentes situaciones que pueden generar malestar:

• Situaciones dolorosas como enfermedad, duelo, trauma, separación, soledad…
• Deseo de cambio

 

Hay muchas manifestaciones del malestar:

• Apatía y desgana
• Incapacidad para disfrutar de acontecimientos cotidianos o sencillos
• Sentir incapacidad para relacionarnos
• Dificultad para resolver problemas familiares, laborales…
• Miedo exagerado:  al futuro, a personas, a animales…
• Control exagerado de situaciones
• Sensación de falta de control
• Sensación continuada de incomodidad, nerviosismo, irritabilidad…
• Obsesiones
• Sentimiento de culpa
• Sentir que uno está por debajo de sus posibilidades porque su mundo emocional le invade

 

Si te identificas con alguna de estas circunstancias y quieres comenzar tu tratamiento, solicitar una entrevista o tienes alguna duda, contacta conmigo ahora, estaré encantada de atenderte.

Leave a Reply